
La dieta antiinflamatoria es un enfoque nutricional basado en la evidencia científica que busca reducir la inflamación crónica de bajo grado en el organismo. Esta inflamación, silenciosa pero persistente, está vinculada con un mayor riesgo de enfermedades como la obesidad, la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, trastornos autoinmunes y problemas digestivos.
¿En qué consiste?
No se trata de una dieta estricta, sino de un patrón de alimentación que prioriza alimentos naturales y funcionales, con alto poder antioxidante, ricos en ácidos grasos omega-3 y bajo potencial inflamatorio.
Objetivos principales
Reducir la inflamación crónica y sus efectos en el cuerpo.
Fortalecer el sistema inmunológico.
Mejorar la salud intestinal y metabólica.
Prevenir enfermedades asociadas a la inflamación.
Aumentar la energía y el bienestar general.
Estrategias clave
Más vegetales y frutas coloridas: ricos en antioxidantes y fitoquímicos (ej. frutos rojos, espinacas, brócoli).
Grasas saludables: como aceite de oliva virgen extra, aguacate, frutos secos y pescado azul (salmón, sardinas).
Proteínas de calidad: preferentemente vegetales (legumbres, tofu) y animales magras.
Evitar ultraprocesados y azúcares añadidos: principales impulsores de la inflamación.
Incluir especias antiinflamatorias: como la cúrcuma, jengibre y canela.
Mantener una buena hidratación y un ritmo de comidas estable.
Aptitudes
¿Qué puede englobar la dieta antiinflamatoria?
La dieta antiinflamatoria puede adaptarse según el estado de salud, historial clínico o síntomas del paciente. En consulta personalizada, se puede integrar con otros enfoques dietéticos basados en la evidencia:
Dieta baja en FODMAPs
Diseñada para personas con síndrome del intestino irritable (SII), distensión abdominal, gases o sensibilidad digestiva. Esta dieta elimina temporalmente ciertos carbohidratos fermentables que pueden causar inflamación intestinal y malestar.
Dieta sin gluten/lácteos (cuando hay sensibilidad)
En personas con sospecha de sensibilidad al gluten no celíaca, permeabilidad intestinal o patologías autoinmunes (como Hashimoto o artritis reumatoide), puede recomendarse una fase sin gluten y/o lácteos para observar mejoras clínicas.
Dieta de eliminación controlada
En casos con posible reacción inmunológica a alimentos específicos, se realiza una dieta temporal de eliminación (con reintroducción progresiva) para identificar aquellos alimentos que generan inflamación o síntomas.
Dieta basada en plantas antiinflamatoria
Una versión más vegetal del enfoque tradicional, ideal para quienes buscan reducir el consumo de proteína animal y priorizar alimentos vegetales con alta carga antiinflamatoria y antioxidante.